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Bimbo, la historia de un gigante que llega hasta tu mesa

Bimbo, la historia de un gigante que llega hasta tu mesa

Siete décadas después de su nacimiento, la compañía elabora más de 10 mil productos y tiene 166 plantas en México, Estados Unidos, Canadá, Centro y Sudamérica, España, Portugal, Reino Unido y China.

 

A las 03:00 de la tarde del 2 de diciembre de 1945 salieron del horno los primeros productos de la entonces nueva planta de Bimbo: pan grande, chico y tostado, evento que incluso se anunció hasta en los periódicos.

Aunque Lorenzo Servitje siempre fue reconocido como el fundador del negocio, aquella tarde estuvo acompañado por otros socios, como su hermano Roberto Servijte, además de Jaime Jorba, primer gerente de Ventas de la empresa; Alfonso Velasco, quien era el técnico más destacado de su tiempo en el mundo del pan; Jaime Sendra, que se convirtió en el jefe de personal de la compañía, y José T. Mata, amigo de la infancia de Lorenzo.

Siete décadas después, la compañía elabora más de 10 mil productos y tiene 166 plantas en México, Estados Unidos, Canadá, Centro y Sudamérica, España, Portugal, Reino Unido y China.

Entre los productos que se ganaron el paladar de los mexicanos están las Donas, que fueron lanzadas al mercado en 1952, junto con los Bimbollos, las Medias Noches y los Colchones; otros inolvidables son los Gansitos, que comenzaron a producirse en 1957 junto con los Negritos, que cambiaron su nombre a Nito.

Una de las estrategias de negocio fue la ampliación de su portafolio, ya que para 1971 la empresa de botanas Barcel inició operaciones y ha sabido llevar productos como Takis a otros mercados.

Para 1979, Roberto Servitje fue nombrado director de la compañía, la cual ya contaba con 12 fábricas y 15,000 colaboradores. Bajo su dirección, la empresa se listó en la Bolsa Mexicana de Valores e inició su expansión.

A partir de 1997 Daniel Servitje, hijo de don Lorenzo, se convirtió en el director, tras lo cual inició un agresivo proceso de expansión.

Desde que asumió el cargo, Grupo Bimbo ha hecho 14 adquisiciones. Las de mayor tamaño se efectuaron a partir de 2009, cuando compró George Weston Foods en EU por 2,505 millones de dólares; desde entonces a la fecha ha destinado alrededor de 5,575 millones de dólares para adquisiciones.

Según reportes de la empresa, 51% de sus ingresos provienen de EU y Canadá, 35% de México, 11% de Latinoamérica y 3% de Europa.

Lorenzo Servitje | Creo en Dios, la vida y el matrimonio

Lorenzo Servitje | Creo en Dios, la vida y el matrimonio

Nieto de campesinos catalanes e hijo de inmigrantes, Lorenzo vino al mundo en la Ciudad de México en 1918. Fue cocinero antes que fraile, pues comenzó a trabajar muy pronto, a los 16 años, en la pastelería que su padre abrió en la capital mexicana.

Lorenzo Servitje murió el pasado 3 de febrero del 2017, a los 98 años, y lo hizo dejando un imperio empresarial, Bimbo, con el que dio trabajo a decenas de miles de personas en todo el mundo gracias a las 170 plantas presentes en 22 países de América, Asia y Europa.

Nieto de campesinos catalanes e hijo de un matrimonio de inmigrantes, Josefina Sendra y Juan Servitje, Lorenzo vino al mundo en la Ciudad de México en 1918.

Fue cocinero antes que fraile, pues comenzó a trabajar muy pronto, a los 16 años, en la pastelería ‘El Molino’ que su padre abrió en la capital mexicana. En 1945 se lanzó a la aventura y fundó junto a varios socios “Panificación Bimbo”, empresa dedicada a la fabricación de pan de molde.

Siete décadas después su indiscutible talento como empresario ha hecho posible que sus herederos se vayan a repartir una fortuna valorada en 4.200 millones de dólares. Hasta ahí el aspecto material.

En lo familiar dejó ocho hijos, 24 nietos y 48 bisnietos y un testamento que será recordado como el de un hombre que pasó por la vida siendo algo más que un empresario de éxito. Bajo el título de “En esto creo”, Lorenzo Servitje se despide así de la vida:

“Creo en Dios y en Jesucristo y en sus designios sobre mí y en la realidad del acontecimiento que le ha dado a mi vida sentido y trascendencia así como esperanza y felicidad.

Creo en el reconocimiento y el respeto que se deben a la eminente dignidad como persona que tienen todos los seres humanos.

Creo ser tradicional en muchos aspectos y de vanguardia en muchos otros.

Creo en la vida, el amor de los esposos y en el valor del matrimonio tanto para los hijos como para el resto de mis seres queridos y la sociedad en general, con todo lo que implica de comprensión y entrega.

Creo en el valor de los amigos y de saber que soy escuchado, que cuento con ellos y que necesito de esa amistad que hace más sólida y placentera la vida.

Creo que hay que procurar el bien de quienes trabajan con nosotros y en general con quienes convivimos: vecinos, compañeros en las organizaciones a las que pertenecemos y nuestros conciudadanos.

Creo en la economía de mercado, en la empresa que debe ser no sólo altamente productiva sino también plenamente humana y en el importante papel que tiene en la creación de riqueza, el crecimiento económico y el empleo.

Creo que debemos pugnar por nuestro desarrollo y crecimiento personal continuo con la convicción de quien no avanza retrocede.

Creo en el valor de una vida sencilla y en necesitar pocas cosas.

Creo que todos habemos de tener una tarea o misión que nos apasione y que reclame nuestra entrega por entero.

Creo en la democracia como la mejor forma de organización política de la sociedad y en la necesidad de fortalecerla.

Creo que hay que ser amable y en lo posible sonreír, tener alegría y buen humor.

Creo que no hay que perder nunca la calma ni la serenidad y que es posible en la mayoría de los casos resolver los problemas con ecuanimidad.

Creo, que en general hemos de procurar no hacer grandes disertaciones al hablar, ya que lo bueno breve es mejor.

Creo en el desarrollo del carácter y de la fuerza de voluntad, de ser puntual, de aprovechar el tiempo, del ahorro, de la cortesía, la dedicación al trabajo y adquirir otras buenas costumbres.

Creo en el valor de la cultura y en apreciar lo verdadero y lo bueno y también la belleza en todas sus manifestaciones, como la poesía, la danza y la música.

“Creo que hay que tener una actitud positiva y optimista ante la vida y saberse despedir de ella y que no debemos dar demasiada importancia a nuestros problemas y defectos”

Creo en el respeto y la admiración del universo, de la naturaleza, el sol y las estrellas, los bosques, las selvas, las playas y los mares, las montañas, las nieves, las mañanas, los atardeceres, los animales y las flores.

Creo en la necesidad de tener participación social activa y comprometida y ocuparme no sólo de mis intereses personales sino también de los asuntos públicos y de la política.

Creo en un gobierno que logre la seguridad del país, la eficacia de la justicia, el crecimiento económico y el empleo, la educación de calidad y también la erradicación de la miseria y la reducción de la pobreza y la desigualdad social.

Creo en la posibilidad de conciliar los opuestos y que en su relación el mayor y menor, el primero debe hacer sólo lo necesario y el segundo lo más posible.

Creo, finalmente, que hay que tener una actitud positiva y optimista ante la vida y saberse despedir de ella y que no debemos dar demasiada importancia a nuestros problemas y defectos”.