Nacido en 1911 en Ciudad de México en el seno de una familia humilde formada por siete hermanos, el joven Mario Moreno trabajó de limpiabotas, taxista y boxeador, hasta incorporarse al circo y a una compañía de cómicos ambulantes dónde consagró su mítico personaje y comenzaría su larga vida como actor.
“Algo malo debe tener el trabajo o los ricos ya lo habrían acaparado”
Su característico bigote, sus pantalones caídos, su sombrero gastado y su pañuelo atado al cuello le daban un aspecto descuidado que le situaba entre los más humildes. Desde los años 20 se convirtió en un icono que hizo reír a todo México y a partir de los años 40, al mundo entero cuando su éxito traspasó fronteras defendiendo con su verborrea un mundo más justo.
“¡Ahí está el detalle!”
Que no es lo uno, ni lo otro, sino todo lo contrario.
Mario Moreno ha sido uno de los cómicos iberioamericanos con más exito, y esto a pesar de que fuera de su tierra natal los espectadores no han comprendido más que una pequeñísima parte de todo lo que encerraba Cantinflas con sus gestos y albures (frases de dobles sentido). Ni la Enciclopedía Británica le ha entendido al señalar que puso en ridículo a los toros (flema inglesa), cuando en realidad con sus faenas en la pantalla lo que pretendió fue hacer reír al público demostrando que había sido un torero frustrado.
En los años cincuenta cambió su papel a un humor basado en el ‘cantinflismo’ con una habilidad para hablar mucho sin decir nada y desarrolló su personaje en comedias como ‘El bombero atómico'(1952) o ‘El bolero de Raquel’ (1956). A finales de esta década protagonizaría ‘La vuelta al mundo en 80 días’, una adaptación del famoso libro de Julio Verne que le haría ganador del Globo de Oro y significaría su internacionalización.
La dialéctica de los albures se podría decir que es un deporte nacional mexicano mediante el cual al menos dos hombres como mínimo pueden estar injuriándose sin levantar la voz ni recurrir a palabras fuertes o insultos.
Cantinflas recurría a ellos para criticar y poner en evidencia, una serie de cosas que en México iban y siguen yendo mal como lo es la desigualdad social y económica. Si no se ha vivido en México es imposible tener las claves para seguir el juego de palabras, pero aún así llegó a millones de personas hispanoparlantes por las situaciones, la gesticulación y la sencillez de sus tramas.
En sus películas denunciaba las injusticias y desigualdades sociales, en su vida privada vivía con humildad y en su vida pública realizaba obras caritativas. Incluso después de enviudar en 1966 participó activamente en política, llegó a realizar un discurso en la Asamblea de las Naciones Unidas y se convirtió en un icono en contra del charrismo sindical, una forma de corporativismo político que sirvió para controlar el sistema por parte de un solo partido.
De esta manera con su característico humor es que “Cantinflas” reivindicaba el uso del humor como forma de denuncia ante las injusticias sociales y al mismo tiempo llenaba de carcajadas a miles de hogares mexicanos.
Fuente:
Notimerica.com
URL:
http://www.notimerica.com/cultura/noticia-cantinflas-reivindicar-justicia-social-humor-20160812081943.html
Excelente