Benazir fue hija mayor del expresidente y ex primer ministro Zilfikar Ali Bhutto, quien fue ejecutado un 4 de abril de 1979. Tras la muerte de su padre Benazir asumió el puesto de jefatura el Partido Popular de Pakistán (PPP), pero bajo arresto domiciliario. Lideró el partido bajo el exilio y desde Londres.
““Yo soy la única que puede gobernar mi país porque conozco a Occidente, porque quiero el progreso.”
El 16 de noviembre de 1988, durante las primeras elecciones democráticas en Pakistán en más de una década, el PPP ganó la mayoría de votos; y el 2 de diciembre de 1988, tras la victoria del partido, fue elegida Primera Ministra de su país, convirtiéndose en la primera mujer y la más joven -tenía 35 años- en conducir a un país musulmán.
“Yo no elegí vivir esta vida; esta vida me eligió a mí”.
Es preciso decir que Benazir Bhutto tuvo una educación propia de la clase privilegiada pakistaní. Estudió en una escuela cristiana adonde aprendió el inglés perfectamente. Completó su educación universitaria en Estados Unidos, donde estudió ciencias Políticas en la Universidad de Harvard en 1969. Después se fue a Londres a estudiar Filosofía, Política y Economía en la Universidad de Oxforxd en 1973. Bhutto volvió a su país meses antes de que ejecutaran a su padre.
Tener el poder trajo como consecuencias para Bhutto, entre ellas, de ser acusada de corrupción. Tras hacerle justicia Benzair se autoexilió en Dubaí, pero en 2007, cuando volvió a su país para presentarse al cargo de Primer Ministro por tercera vez, fue asesinada durante una concentración que se realizaba en su apoyo.
Benazir no sólo se convirtió en una figura importante, aún después de su muerte, por haber sido la primera mujer en liderar un país musulmán. Esta “Mujer de Hierro” también ha sido un pilar importante para las mujeres feministas alrededor del mundo.
“La no-violencia es un arma incomparable, que puede ayudar a todos. Yo sé que no hemos hecho mucho por el camino de la no-violencia y sin embargo, si tales cambios sobrevienen, asumiré que es el resultado de nuestro trabajo durante los últimos veintidós años y que Dios nos ha ayudado a alcanzarlo.”
Bhutto tenía posturas muy fuertes a favor de la lucha de género y los derechos y libertades de las mujeres.
De acuerdo a su autobiografía “Hija del destino” , fue gracias a la educación que le brindó su padre que ella pudo tener un panorama más amplio sobre el tema de equidad de género. Benazir escribe: “Él decía que niños y niñas eran iguales…Me permitió apreciar que una mujer no era una criatura inferior”.
Mientras el tiempo que estuvo en Estados Unidos, Benazir también tuvo gran influencia de los movimientos feministas de la época. Entre las autoras que tuvieron más importancia para ella y que influyeron en su pensamiento sobre los derechos hacia la mujer estuvo Kate Millet . La propia Banazir escribió al respecto: “Las librerías de Harvard estaban llenas de libros y revistas sobre mujeres, incluso la biblia en el campus, Política Sexual de Kate Millet”. “Kate Millet y el floreciente movimiento feminista me empoderaron y motivaron.”
Con respecto del tema del Islam y las mujeres, Benazir escribe en su autobiografía que el libro de su amiga Charis Waddy, “La Mente Intelectual”, donde se establece que el amor, el respeto y el afecto, como principios, son tan típicos del Islam como del cristianismo, fue muy influyente para ella. Además, su obra “Mujeres en la Historia del Islam”, contribuyó, en palabras de Bhutto, a “animarme a tener un propósito en la vida”.
Sin duda Benazir Bhutto fue una mujer excepcional, llena de poder, victorias y que supo salir adelante tras los momentos de adversidad, digno de elogio su dureza, pero sobre todo el amor tan fuerte como el hierro que sentía por su país.
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