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Exposición de Miguel Ángel  el Divino

Exposición de Miguel Ángel el Divino

La Galería de Arte del Palacio Municipal alberga, una exposición conformada por 13 reproducciones de esculturas creadas por Miguel Ángel, uno de los artistas más importantes del Renacimiento italiano del siglo XVI, la cual se presenta por primera vez en América Latina.

Entre las obras que podrán apreciarse están El David con más de cinco metros de altura,El Moisés, La Piedad de Bandini, La Piedad del Vaticano y La Piedad Rondanini.

Las piezas cuentan con el aval de la Casa Buonarroti en Italia, y son el resultado de cuatro años de trabajo de un grupo de artesanos florentinos.

Fecha

Del 23 septiembre 2016 al 22 febrero 2017

TARIFAS

$65 Adultos $45 Niños y Adultos Mayores

Lunes entrada gratuita de 10:00 a 17:00 Hrs.

Lugar

[Av. Don Juan de Palafox y. Mendoza 14Puebla]

HORARIO

Lunes a domingo de 100:00 a 21:00 Hrs.

La reivindicación social desde el humor | Mario Fortino Alfonso Moreno Reyes “Cantinflas”

La reivindicación social desde el humor | Mario Fortino Alfonso Moreno Reyes “Cantinflas”

Nacido en 1911 en Ciudad de México en el seno de una familia humilde formada por siete hermanos, el joven Mario Moreno trabajó de limpiabotas, taxista y boxeador, hasta incorporarse al circo y a una compañía de cómicos ambulantes dónde consagró su mítico personaje y comenzaría su larga vida como actor.

“Algo malo debe tener el trabajo o los ricos ya lo habrían acaparado”

Su característico bigote, sus pantalones caídos, su sombrero gastado y su pañuelo atado al cuello le daban un aspecto descuidado que le situaba entre los más humildes. Desde los años 20 se convirtió en un icono que hizo reír a todo México y a partir de los años 40, al mundo entero cuando su éxito traspasó fronteras defendiendo con su verborrea un mundo más justo.

“¡Ahí está el detalle!”
Que no es lo uno, ni lo otro, sino todo lo contrario.

Mario Moreno ha sido uno de los cómicos iberioamericanos con más exito, y esto a pesar de que fuera de su tierra natal los espectadores no han comprendido más que una pequeñísima parte de todo lo que encerraba Cantinflas con sus gestos y albures (frases de dobles sentido). Ni la Enciclopedía Británica le ha entendido al señalar que puso en ridículo a los toros (flema inglesa), cuando en realidad con sus faenas en la pantalla lo que pretendió fue hacer reír al público demostrando que había sido un torero frustrado.

En los años cincuenta cambió su papel a un humor basado en el ‘cantinflismo’ con una habilidad para hablar mucho sin decir nada y desarrolló su personaje en comedias como ‘El bombero atómico'(1952) o ‘El bolero de Raquel’ (1956). A finales de esta década protagonizaría ‘La vuelta al mundo en 80 días’, una adaptación del famoso libro de Julio Verne que le haría ganador del Globo de Oro y significaría su internacionalización.

 

La dialéctica de los albures  se podría decir que es un deporte nacional mexicano mediante el cual al menos dos hombres como mínimo pueden estar injuriándose sin levantar la voz ni recurrir a palabras fuertes o insultos.

Cantinflas recurría a ellos para criticar y poner en evidencia, una serie de cosas que en México iban y siguen yendo mal como lo es la desigualdad social y económica. Si no se ha vivido en México es imposible tener las claves para seguir el juego de palabras, pero aún así llegó a millones de personas hispanoparlantes por las situaciones, la gesticulación y la sencillez de sus tramas.

En sus películas denunciaba las injusticias y desigualdades sociales, en su vida privada vivía con humildad y en su vida pública realizaba obras caritativas. Incluso después de enviudar en 1966 participó activamente en política, llegó a realizar un discurso en la Asamblea de las Naciones Unidas y se convirtió en un icono en contra del charrismo sindical, una forma de corporativismo político que sirvió para controlar el sistema por parte de un solo partido.

De esta manera con su característico humor es que “Cantinflas” reivindicaba el uso del humor como forma de denuncia ante las injusticias sociales y al mismo tiempo llenaba de carcajadas a miles de hogares mexicanos.

Fuente:

Notimerica.com

URL:

http://www.notimerica.com/cultura/noticia-cantinflas-reivindicar-justicia-social-humor-20160812081943.html

Entre el sueño y la utopía | John Lennon

Entre el sueño y la utopía | John Lennon

A lo largo de su vida, John Lennon (1940-1980) se vió inmerso en una variada gama de preocupaciones, cumplidas principalmente en el campo de la música, pero que cubren también el espacio de lo poético, lo social y lo plástico.

Dada la complejidad del fenómeno Beatle producido en las décadas 1960-1970 (cuyo análisis ya ha sido emprendido por biógrafos, musicólogos y periodistas) nos detendremos antes en el acercamiento de la personalidad de Lennon, la cual resume, a mi entender, numerosas rupturas conceptuales y morales que configuran parte importante de la sensibilidad de nuestro tiempo.

Venidos todos de familias humildes, los integrantes de la agrupación The Beatles hubieron de experimentar los avatares, sinsabores y riesgos de cualquier grupo de música popular de su época; sobre todo en Inglaterra, país que había asimilado a su modo la herencia musical norteamericana en las modalidades del jazz, el blues y el rock, cuando justamente en EEUU se venía gestando una de las revoluciones más amplias de occidente en lo que se refiere a música popular.

Este impacto de las modalidades norteamericanas fue siempre azaroso, pues se opuso a la cultura blanca, a la música “hecha” y socialmente aceptada en círculos sociales, que la tenían como divertimento o mera distracción. En cambio, el blues y el jazz se producen debido a una profunda necesidad interior y se cumplen en franca rebelión contra los represivos medios dentro de los cuales se producen: eran canciones para el trabajo, para expresar la religiosidad o la vehemencia de una condición extramuros.

Paul McCartney, Richard Starkey, George Harrison y John Lennon provenían, como tantos otros músicos, de los barrios marginales de Liverpool, y se reunían en pequeños bares o pubs a entonar sus canciones, impregnadas de inconformismo, crítica o humor. Tocaban en The Cavern, una taberna oscura adonde acudían jóvenes inconformes como ellos. Allí empezó todo. El empresario musical Brian Epstein los vió una vez y descubrió que en aquellos jóvenes frenéticos y sudorosos había una fuerza peculiar. Lo que no sabía Epstein era que su descubrimiento vendría a cambiar con el tiempo las nociones mismas de la música popular.

Una vez que los Beatles cumplieron los dieciocho años y estaban encaminados en la música, Epstein los lanzó al estrellato inglés. Los cuatro muchachos estaban impactados con el fenómeno y no podían entender cómo en pocos años se habían convertido en millonarios e ídolos de su país. Quizá lo que más contribuyó a la popularidad de los Beatles fue su permanente desenfado. En las innumerables entrevistas públicas que protagonizaron dejaban deslizar frases humorísticas, satíricas o mordaces aunque siempre sonrientes; tocaban temas álgidos de la política o del poder con un tinte de distraimiento, y los jóvenes se veían reflejados en ellas.

Al principio de su carrera, Los Beatles interpretan sobre todo canciones de amor, donde el objeto de atención eran las muchachas y todos los sentimientos que éstas suscitan. Lo más notorio de estas canciones (que han sido agrupadas entre los años 1962-1965 en el período llamado “Beatlemanía”), es el carácter desenfadado de las letras, donde no hay elementos románticos, tonos dulzones o adornos superfluos. Las canciones giran en torno a estribillos, y muchas de ellas hasta abusan de éstos; incluso las repeticiones pueden llenar toda la canción, como en el caso de “I wanna be your man”, “I wanna hold your hand” y “She loves you”. Es también este período donde, tanto Lennon como McCartney, llevan a cabo sus composiciones, sin atribuir mucha importancia a su autoría intelectual. Para efectos comerciales funcionará en adelante la firma del dueto.

En 1965 John Lennon tiene 25 años, una edad suficiente para emprender una nueva etapa. Justamente, él se había referido a esta etapa de la Beatlemanía como la época del “Yeah, yeah, yeah”. A partir de esta fecha comienzan a percibirse matices diferentes en las letras, de cierta existencialidad, de indagación psicológica o intención poética. Me atrevería a proponer la letra de “Help” (1965) como una de las más logradas a este respecto: “¡Ayuda! Necesito a alguien, Ayuda! / Cuando era más joven, mucho más joven que hoy, / Nunca necesité a nadie de esta manera, / Pero ahora que esos días se han ido, / No estoy completamente seguro de mí, / Ahora encuentro que he cambiado de idea y he abierto las puertas”.

Esta ayuda reclamada parece dirigida a la mujer, al amor perdido, pero contiene un ingrediente existencialista y poético notorio. De hecho, la personalidad de Lennon comienza a apreciarse en este disco, Help!, a través de piezas como “Tienes que esconder tu amor”. “Aquí estoy, con la mano en la cabeza, / con mi cara vuelta a la pared, / Si ella se ha ido no puedo continuar, / sintiéndome dos pies más pequeño. / En todas partes la gente observa, todos y cada uno de los días / Puedo ver cómo se ríen de mí, / y yo les oigo decir: ‘Hey, tienes que esconder tu amor’ ”.

La voluntad de superar la etapa del “Yeah, yeah” es notoria en Lennon desde Help! En canciones como “Ticket to ride” (“Boleto para viajar”) se empiezan a advertir innovaciones musicales en la percusión, en los tempos lentos, en la armonización y los arreglos. Incluso se advierte un viraje dentro de la concepción de la balada suave, en piezas como “You’re going to lose that girl”, o “It’s only love”. Las inmensas posibilidades armónicas de estas piezas influyeron en una gran cantidad de grupos, orquestas y músicos de todo el mundo.

Fuente:

John Lennon oficial website

URL:

www.johnlennon.com

Historia y leyenda | Michael Jordan

Historia y leyenda | Michael Jordan

Michael Jordan perdía siempre contra su hermano Larry en el patio de su casa. No había partido ni enfrentamiento uno contra uno que el pequeño Mike abandonase con una sonrisa en su rostro.

En aquellos años, el básquetbol estaba vinculado a la frustración. La derrota era un condimento adicional en su rutina, un elemento que se introducía con suma naturalidad en sus venas.

“Gané la mayoría de los enfrentamientos hasta que comenzó a responder”, dijo Larry. “Y entonces, fue el final de nuestros juegos”.

El pequeño MJ sufría en cada una de las derrotas, pero le apasionaba el desafío. Era como si cada una de las punzadas recibidas fortaleciera el espíritu en vez de destrozarlo. Era la tortuga y no la liebre: aceptaba lo que tenía delante y lo respetaba para luego, casi como una consecuencia, enfrentarlo hasta superarlo.

“Si llegaba a perder, debía jugar hasta ganar. Esa es la razón por la que, de manera más frecuente, todo terminaba en una pelea”, agregó Larry.

Ingresó en D.C. Virgo Junior High School en la primavera de 1978. En aquel entonces, Michael Jordan era el quarterback del equipo de fútbol americano en Pop Warner, y su llegada definitiva al básquetbol fue producto de una casualidad.

MJ pasaba apenas el metro con 77 centímetros. No estaba mal para un muchacho de su edad, pero tampoco lucía como un proyecto de elite en el deporte nacional. Él lo sabía, pero había un chispazo de esperanza que hacía que, su vida de jovencito, sea a los ojos de su familia la condena de Sísifo: esfuerzo y frustración en un mismo propósito.

“Mamá, realmente quiero ser más alto”, le decía Michael a su madre Dolaine día tras día.“Ve, pon sal en tus zapatos y luego reza”.

Un chico normal, un hombre especial

Los orígenes del mito llamado Michael Jordan conducen, quizás, a la historia motivacional más dulce de este deporte.

Hay muy pocos casos que explican el ascenso de un joven terrenal en sus inicios a un All-Star en el momento cúspide de su carrera. Por lógica, aquellos que nacen con un talento sobrenatural se imponen primero en el playground, luego en el college, luego en la Universidad y finalmente en el básquetbol profesional. El caso de Jordan es tan curioso como extraordinario, porque no hablamos de una figura: MJ ha sido el Dios de la NBA en su modernidad.

“Probablemente fue bueno lo que sucedió en aquel entonces”, dijo Jordan al Chicago Tribune. “Me hizo sentir lo que significaba caer en la decepción. Me fortaleció”.

Años después, el público presente en el estadio, y el resto del mundo pegado a la pantalla del televisor, rugía al observar su chaqueta roja, sus pantalones cortos y su cuerpo prodigio pisando el parquet una, y otra, y otra vez más.

Llegarían los 63 puntos a los Boston Celtics, los seis campeonatos con los Bulls, los tiros de último segundo, el partido de la fiebre ante el Jazz, su paso por el Dream Team, los All-Star y miles de historias más.

Festejar el final, entonces, es comprender el inicio.

Alcanzar el éxito, en definitiva, es saber moldear la frustración para transformarla en algo superador.

Fuente:

Driven from Within

Bibliografía:

Driven from Within Hardcover (2005) Bargain Price, NY